desaógate

Este es un espacio seguro para abrir el corazón y dejar que las palabras hablen por ti. Aquí puedes escribir en forma de carta o de texto libre aquello que te entristece, te alegra, te preocupa o simplemente lo que necesitas sacar del alma.
No hay juicios ni límites: solo letras honestas, emociones reales y un lugar para ser tú.
Escribe lo que callas, lo que sueñas, lo que duele o lo que agradeces… este hilo existe para darte voz.

Hijo de su puta madre con el examen de titulación a la puta verga yalo quiero terminar no mames chingas a tu madre ceneval

Rayo escribió:
Hijo de su puta madre con el examen de titulación a la puta verga yalo quiero terminar no mames chi...

era más poético pero bue

Selene escribió:
era más poético pero bue

pero es lo que le salió del corazón, se desaogó jajaja

haber escuela de mierda, ¿por qué tenés que hacer un acto, un juebes, y encima a las 4 de la tarde ? ¿no pensás en la gente que se caga de calor?

odio, odio a los que se estacionan en la calle, y uno va pasando con el bastón. ¿Porqué no se mueren? Gracias. Hijos de perra.

Todo por la culpa de Rayo... 😂

Odio lo que no puedo controlar, lo que no sé que y cuando va a pasar, y principalmente estas 2 cosas juntas. Hay exepciones cuando es algo bonito pero, créanme, normalmente no, lo, es.

Valery escribió:
Todo por la culpa de Rayo... 😂

Allí, en en un fragmento, decía libre.

parce estoy ofendida yo queríaque escribieran cosas así todas poéticas, pero no, en fin, nada me sale bien, voy a llorar

Tranqui yo cumpliré tu sueño.
A ver si alguien entiende a qué hace referencia.

Creado: domingo, 12 de enero de 2025, 12:32:26 a. m.
El sentimiento de esperanza es, irónicamente, lo más desesperante que hay.
Lo odio...
Odio sentir aquel océano deseando convertirse en tsunami en mi pecho.
Odio cómo decide escapar por mis ojos en forma de pequeñas lágrimas.
Odio retenerlo, pidiéndole que busque otro lugar.
Odio que caiga la marea arremolinada en mi estómago.
Odio el huracán de palabras: «Lo lograré», «Tengo que hacerlo», «Yo podré», «Algún día» ...
Y odio aquella ventisca de frases: ¿«Algún día»?
¿Pero cuándo, cuándo es «Algún día?
¿Y qué tengo que hacer para llegar a ese tal «algún día»?
Y aquel tsunami verde se vuelve gris;
Y quiere escapar por mis labios, pero se lo impido rechinando los dientes, volviéndomelo a tragar.
Y descubro por qué el tsunami no puede escapar, no puede irse y ya.
Está encerrado.
Encerrado en mi pecho, destinado a ser ola y alta marea, tsunami o mar tranquilo.
Y aunque no lo esté, me veo aprisionada.
El aire se vuelve barras de metal, mi entorno una cárcel, yo una condenada.
¿Condenada por cuánto?
No lo sé, no escuché mi sentencia.
Sin embargo, sé que se pudo haber acortado, y por mi miedo a lo inesperado no se hizo.
Y detesto a aquella pequeña prisionera, prisionera que no sabía que su amado hogar era una celda;
Todo por no conocer más allá.
Golpeo las barras, llamo a los guardias, y exijo saber mi sentencia.
Alguien me responde con la frase que desató este desespero: «Algún día».
¡Pero denme una respuesta más clara!
¿O por qué no puede ser hoy ese tal «algún día»?
Al menos por un momento...
Al menos libertad condicional, al menos una oportunidad...
Y pierdo el aliento, y el sentido del espacio y el tiempo, y la claustrofobia aumenta.
Porque la esperanza, al no tener una forma segura y rápida de cómo conseguir el «algún día», es igual a una cárcel.
Me obliga sin piedad a sentarme en esa incómoda silla de metal de la esquina, viendo a prisioneros entrar o salir, mientras espero que algo pase, que llegue mi «algún día».
Y por momentos, el tsunami cambia a negro, y quiere escapar por mi garganta, ahogándome.
Pensamientos y preguntas de miedo, estrés, ansiedad:
¿Y si era cadena perpetua?
¿Y si la libertad condicional no es suficiente?
¿Y si al liberarme me vuelven a encerrar?
Mi espacio se reduce, el oxígeno se espesa, y el tsunami sigue intentando huir.
Veo por una pequeña ventana a aquellos liberados.
Jugando, corriendo, saboreando su libertad.
Fantaseo con que alguien me mira, comprende, y me ayuda a ser libre.
Obviamente, eso no pasará.
Muchos ni se dan cuenta de lo que tienen, pues se hacen sus propias prisiones con árboles y rincones, desinteresándose por lo demás.
Aunque hay distraídos, que por costumbre se regresan a las puertas de la prisión.
También están los desagradecidos, que piden a gritos volver a entrar.
¿Que no comprenden la suerte que tienen?
Con gusto les daría mi lugar, si tanto quieren estar aquí.
Suspiro, volviendo a admirar con envidia culposa la libertad de tantos.
Unos tienen aún las esposas puestas, y luchan por quitárselas.
Muchos con el uniforme de la prisión, pero no parece afectarles en nada.
Varios incluso ni parecen haber estado aquí, como si solo fueran a encontrarse con liberados, o tal vez salieron rápido.
Y unos cuantos...
Unos cuantos observan el edificio, intentando encontrar...
¿Encontrarnos?
¿Encontrarme?
Bueno, al parecer sí, buscan mi mirada.
La mitad pasa de largo el pequeño espacio de cristal; tal vez era un vistazo de despedida.
Y quienes no, intentan verme a los ojos, cosa imposible desde su distancia, y me comunican sin palabras: «pronto tendrás tu "algún día"; solo ten paciencia, demuestra que puedes, esfuérzate».
Y les creo, diciéndome que seré de las mejores liberadas que existan, que el mundo entero reconocerá mi nombre.
Por segundos la esperanza vuelve a mí, y mi pecho se vuelve a ensanchar de fe, de poder, de deseo por libertad;
Todo aquello de lo que está compuesto mi mar vuelto nuevamente tsunami.
Las aguas se alteran como la primera vez, como ya tantas veces las he sentido hacerlo, buscando escapatoria.
Escapatoria la cual no tienen.
Y todo vuelve a comenzar.
Un océano revuelto encarcelado;
La claustrofobia;
El oxígeno espeso;
La silla, las preguntas, el miedo.
¿Y si era cadena perpetua?
¿Y si olvidan que tenían que liberarme?
¿Y si al salir me convierto en aquellos desagradecidos?
Pues en el fondo no los culpo, en mi interior los comprendo; todo lo que conocen es esto:
El poco espacio; afuera hay mucho.
El alimento diario por la gatera de la puerta; afuera tú te la consigues.
El silencio, la familiaridad; afuera hay tanto ruido, tantas cosas desconocidas.
La soledad inicial; pues aquí ni se tiene privacidad.
Y ese sentir de comprensión me aterra, me aterra volverme como ellos.
Todos dicen que soy mucho, solo por saber mirar por la ventana.
Varios dicen que soy tanto, solo por saber sentarme en esta silla.
Y ellos dicen que llegaré lejos, solo por mi repetitiva rutina de golpear las barras, llamar a los guardias, exigir respuestas.
Si supieran que yo... en realidad no soy nada.
Nada a comparación de aquellas personas libres que corren, saltan, ríen.
Espero que después de todo, el deseo por libertad sea más fuerte que mi miedo.
Yo no seré como ellos...
Yo seré algo más que solo una liberada.
Y con este comentario el tsunami verde vuelve a mi corazón, empezando el círculo una vez más.
Fe, claustrofobia, miedo.
Así definiría la esperanza en tres palabras.
Por eso el sentimiento de esperanza es, irónicamente, lo más desesperante que hay.
Me encierra en un bucle del cual no encuentro final, me ahoga con un mar que al vaciarse se vuelve a rellenar.
Lo odio...

A veces siento que el mundo me pone un uniforme que no elegí,
como si el sistema me atara las manos
y me obligara a caminar por un pasillo que no hice yo.
Y me canso…
me canso de libros que pesan más en el alma que en la mochila,
de horarios que me roban el aire,
de obligaciones que me hacen preguntar quién soy
y por qué diablos sigo aquí.
Pero aun así sigo.
Porque en el fondo sé que cada paso que doy, aunque duela,
me acerca a mi libertad,
a ese futuro donde trabajaré para lo mío,
donde podré levantar lo que sueño
y apoyar a quienes amo sin miedo ni cadenas.
Disfruto mi adolescencia, sí,
pero hay días donde siento que podría brillar más,
que mi risa tendría otro color
si no estuviera tan atado a un sistema
que no entiende mis ganas de volar.
Y cuando intento hablarlo,
me tiemblan las palabras…
porque temo que no me entiendan,
que me llamen flojo, exagerado,
que me juzguen por no querer seguir la ruta marcada.
Pero no estoy roto.
Solo estoy despierto.
Solo estoy cansado.
Solo quiero un lugar donde mis sueños no sean motivo de regaño,
sino de orgullo.
alfinal se que me va costar salir de eso por que así se adactó el mundo y nada.
quizás ni lo quiera hacer.
nosé son tantas cosas que me hacen pensar si lo que pienso están bien.
sies correcto,
no sé.
supongo cuando esté más grandesito entenderé más.
o el sistema me siga consumiendo.
como lo hace ahora,
cosa a lo que estoy acostumbrado pero almismo tiempo como dige.
no me gusta.
pero ay cosas que las hago ya como automatisadas.
y otras que dependen de mi para salir adelante.
joder.
son tantas...
preguntas.
pensamientos....
pd
yo lo escribí,
pero luego lo pasé con ia.
para cumplirle el sueño a la postiadora del hilo.
y suene más poético.
pero alfinal es lo que pienso.

good_bunny escribió:
A veces siento que el mundo me pone un uniforme que no elegí,
como si el sistema me atara las manos...

esto era lo que yo queria, el si entendió, me encanta

Selene escribió:
esto era lo que yo queria, el si entendió, me encanta

hey... hay un hilo que se llama letras y poesías jaja por si te interesa verlo, Capaz es lo que buscabas.

Selene escribió:
esto era lo que yo queria, el si entendió, me encanta

¿O sea que yo no?
:(
Estoy desahogando mi... tristeza ante no haber entendido, OK...

Blue escribió:
¿O sea que yo no?
:(
Estoy desahogando mi... tristeza ante no haber entendido, OK...

jajjaajjajaja bueno si, tu tb

Me he puesto a pensar: ¿cómo es posible tanta crueldad? No lo digo por los humanos, aunque muchos contribuyen. Esto es real, nada ficticio.
Hace poco mi mamá se encontró dos cachorros en la basura, literal, en un bote de basura. Decidió traerlos. Ya teníamos a una más, la que publiqué una vez en el hilo de Blind IG. Todo bien, todo correcto, pero bueno… ayer uno de los cachorros estaba triste, aunque todavía se veía bien. Hoy por la mañana seguía triste; supongo que, al no crecer con su mamá, algo les falta, no sé.
Mi mamá me pidió que saliera a verlo para ver si seguía vivo, y mi sorpresa fue encontrarlo sin vida, sin respirar, arrinconado en la cajita donde los teníamos. No solo era él: como mencioné anteriormente, eran él y una más, eran la pareja, hermano y hermana, y bueno, la perrita que ya teníamos.
Me sorprende porque apenas hace dos días estaba bien. Comía bien; les dábamos su alimento a los tres, entonces no sé. Sigo tratando de comprender cómo fue que llegaron a ese bote de basura, y aún no lo entiendo. Últimamente, este año me han pasado cosas raras, y ahora me afecta casi todo, no sé.
Hace rato lo envolví con la misma manta de la caja que tenía como cama, y lo que más tristeza me da es que su hermana está ahí, con él, abrazándolo, encima de él, como dándole calor para que no sienta frío alguno. Ellos siempre dormían juntos, abrazados uno al otro para darse calor. Supongo que eso es lo que más me pone así, como que me puede más.
Y lo que más me dio tristeza es que ella lo ha estado llorando. Hace rato que fui a verla, ella chillaba, lamentaba, como pidiéndome ayuda, y yo sin saber qué hacer. Lo único que pensé fue en envolverlo en la manta y taparlo bien.

intenta ser mejor que todos, y no serás mejor que nadie:
una frase simple, pero con más peso del que aparenta mirada por encima.
Imaginemos una carrera. Tu estás ahí, vas de cuarto. Vas concentrado en lo tuyo y vas bien, constante, avanzando. Hasta que te distraes. Te fijas en el que tienes delante, el tercero en la carrera. luego en el segundo, y luego en el primero, a penas visible desde donde estás. intentas correr más rápido. te fuerzas a hacerlo. pero sigues pendiente al que tienes adelante. haces de todo. intentas correr más fuerte. saltar. lo que sea para alcanzarlo. pero dejas de fijarte en el camino. ¿Qué crees que pasará?
eventualmente caerás al suelo, por no estar pendiente y no notar una piedra. para cuando te levantes, ya no estarás cuarto. estarás sexto. sigue repitiendo el ciclo y serás el último en llegar, si es que siquiera llegas a la meta.
Si te hubieras mantenido enfocado, como estabas al inicio, quizá no habrías llegado primero, pero tampoco último.
la carrera aquí representa un ámbito laboral, profesional, artístico, etcétera. los corredores son todos aquellos que participan en el, incluyéndote a ti, claro.
el principio ocurre siempre, a prácticamente cualquiera de esos ámbitos al que se lo aplique:
Le ocurre al músico que deja de componer porque no logra lo mismo que alguien con 10 años de experiencia más que él.
Le ocurre al pintor que deja de dibujar porque sus obras no están a la altura de las grandes históricas.
le ocurre al escritor que deja el lápiz porque piensa que si no supera a su libro favorito no sirve de nada.
Y claro, podría ocurrirte a ti, o quizá incluso ya te ocurrió.
Lo malo no es competir. Lo malo es olvidar por qué estás compitiendo. competir para llegar más lejos te hace mejor, pero competir para superar al de adelante solo hace que tropieces.
presta atención al camino. no te fijes en los otros corredores. Es como una carrera infinita:
no pierdes por no ir de primero. pierdes por dejar de correr.

Una psiquiátrica enamorada

Hombre lindo
Hombre lindo de rasgos interesantes, el cual he espiado en secreto durante medio año. Del cual deseo aprender, desde sus rasgos físicos más claros hasta la infinidad de su boca.
Del cual deseo sumergirme en su piel y ver tus ojos al amanecer. Hombre casi perfecto para mi pensamiento. Déjame enamorarme de tus preciosos labios y perderme en la dulzura de tu voz.
Sentir en mi piel el toque de tus manos y tentar al dichoso destino.
Hombre lindo, déjame enredarme en tu conocimiento y entre tus piernas.
Hombre lindo, déjame acariciar tu cabello y consolarte cuando estés triste o asustado, o cuando sientas que el mundo se cae.
Hombre lindo, déjame verte lograr y celebrar contigo, y cuando no, llorar contigo y prometerte que todo estará mejor.
Hombre lindo, déjame descubrirme en tus labios, en tu boca, en un beso largo.
Hombre lindo, déjame conocer el contorno de tu piel. Hombre lindo, déjame navegar en ti.

tu muy bien amigo harri yo como amo a los perritos,gatitos,en si todos los animales pero algunos me da cosa tocaarlos por como vayan a raxeonar como las gallinas o los pavos,pero yo soy animalero y me molestan las injusticias